Se nos requirió un diagnóstico sobre la marca gráfica existente y su redefinición y actualización, atentos al objetivo de ser no sólo una empresa que presta servicios de logística aeroportuaria al Estado, sino también una de carácter B2C que ofrezca sus propios servicios a los pasajeros.
Cualquier intervención sobre una marca de esta escala debe contemplar dos cuestiones centrales: el reconocimiento ya alcanzado (se trata de un símbolo visto por decenas de millones de personas) y la enorme inversión en implementación física que requiere. En tal sentido barajamos un abanico de opciones desde las más conservadoras a las más radicales, y propusimos un restyling antes que un cambio disruptivo. Nuestro asesoramiento incluyó también cuestiones relativas al naming, la arquitectura marcaria (en particular la relación de la masterbrand con cada una de las terminales aeroportuarias), y el énfasis en un sistema visual que libere al logo de cargar con la totalidad de la comunicación.
Impulsamos el desarrollo de un sistema de mensajes que opere tanto en la dimensión institucional como en campañas, y que permita diferenciar a la empresa más allá de su marca gráfica. El nuevo símbolo representa una actualización sin perder lo logrado: se trata de “darle una vuelta” (literalmente) generando un sentido completamente diferente a partir de una idea que “ya estaba allí”. Asimismo se le dió mayor limpieza y legibilidad y se generó una versión responsive de la marca gráfica para su uso en soportes digitales de pequeño formato. Se trabajó además en la arquitectura marcaria, ordenando las unidades de negocio y normatizando futuras incorporaciones. También se creó y adaptó una normativa visual para incluirla en los manuales de comunicación ya existentes, se realizó el plan de implementación y se acompañó a la empresa en todo el proceso de implantación de la nueva marca tanto para el cliente interno como el externo. Por este rebranding la empresa obtuvo el Premio Eikon 2024 en la categoría Comunicación de Identidad Corporativa.